Repulsion


Repulsión empieza igual que Vértigo, con los créditos flotando sobre los ojos de la protagonista. Y no es la única similitud que ambas obras comparten. Repulsión también es un estudio, provocador, tenso y surreal, muy bien hecho sobre la mente. Con esta, su segunda película, Polanski empezaba en 1965 la trilogía de los departamentos, en donde exploró y marcó pauta, en el terror psicológico, con sus personajes atormentados por obsesiones, manías, su conciencia y fuerzas sobre naturales. En donde las paredes y pasillos se vuelven los enemigos principales. El joven Ari Aster, con "El legado del diablo" (2018),se puso dentro de los más interesantes discípulos. En la más conocida de la trilogía, El bebé de Rosemary, el terror se centra en el misterio sobrenatural, que va tomando forma, pero conducido con el realismo de Cassavettes, que actúa como el esposo de Rosemary. 

En esta no hay orgías ritualistas, ni planes del maligno para plantar la semilla del diablo. Acá, Polanski convierte la casa de su protagonista en su masa craneal, constantemente deformándose y torturándola (literalmente). Carol, interpretada por Catherine Denueve, ha desarrollado, o siempre ha tenido rechazo por los hombres y el sexo. Rechaza contundentemente las insinuaciones (ya algo criminales la verdad) de Collin, que para la mala suerte de Carol parece estar obsesionado con ella; también le reclama a su  hermana la relación adultera que lleva, le perturba escuchar los orgasmos de su hermana en la habitación continua y le asquean las camisetas que el amante deja regadas por la casa, pero por su timidez, nadie ha notado su comportamiento real, que va más allá de la indignación o simple indiferencia. No nos aclararán las causas de su comportamiento, las hipótesis y las preguntas sin respuesta aumentan el misterio y el mito de la extraña y bella de Carol. Su declive empieza cuando su hermana viaja a París, con su amante y la deja sola en el departamento, se supone, el lugar más seguro que tiene. El aislamiento era la último que necesitaba, ahora su actuar se ha vuelto más errático, está indefensa ante Collin, que no se rinde y ante su mente. 



Las escenas siguientes son lo más aterrador del cine. Considero algo erróneo decir que entiende el miedo femenino a un abuso sexual, Polanski, imposible. Porque esta película nos muestra desde el inicio que Carol es una mujer que necesita ayuda, pero sí dio, tal vez, la mejor representación de la mente de una mujer enferma y dejada a su suerte. Con planos subjetivos, Polanski nos pone como observadores presentes a ver cómo su habitación se deforma y la acosa. Y a verla actuar en consecuencia al infierno en el que vive. 

Pocos cineastas han sabido aprovechar también unas paredes (ahí está El Pianista también). La influencia de esta película se hizo notar en la obra maestra, más espiritual, de David Lynch, Eraserhead. Y diría que también en la magnífica Possession, en la que las habitaciones encierran a una pareja que no está en su mejor momento. La mejor de su asqueroso director.

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